sábado, 31 de mayo de 2014

Soy un árbol

    No creo que sea capaz nunca de pintar mi propio retrato. No reconozco mis facciones, a diferencia de los rostros de otros, mis rasgos se desdibujan en mi mente, se me escapan... decidí entonces ofrecer otra clase de autorretrato recurriendo a la representación simbólica: un árbol (sólo el tronco, las ramas y raices en disposición caótica, desgarbado, inexistente, puramente imaginado) como representación de una misma.
    La idea del árbol nace a partir de las largas y fértiles conversaciones que mantengo con Clara (otra artista, gran artista), ella me definió así al mismo tiempo que introdujo en mí la necesidad de materializar esa idea en una tabla (de madera, como el árbol). Ahora me encantaría rodearme de un bosque, troncos levantándose en tablas de distintos tamaños, estrechas y largas. Aunque tristemente no es una buena época. Escasea el tiempo. Al menos salió éste.